miércoles, 14 de mayo de 2008

Historia de Colo Colo


Tiene que ser un nombre que identifique todo lo auténticamente chileno: "Colo-Colo"... La ocurrencia de Lucho Contreras quedó inmortalizada en la soledad del estadio El Llano, un 19 de abril de 1925, en plena comuna de San Miguel.
Allí, tras una bullada salida de su institución matriz (Magallanes), un grupo de jóvenes organizó, casi con timidez, la primera reunión formal en el "exilio voluntario". Una sesión que luego haría historia.
La idea era clara: formar un nuevo club, de cara al profesionalismo y de espaldas al malentendido romanticismo que tozudamente intentaban imponer los viejos dirigentes magallánicos.
¿"Colo-Colo"...? Se preguntaron ¿Por qué no?», ¡Aprobado!, gritaron casi al unísono.
Encabezados por los hernanos Arellano -David y Francisco-, Juan Quiñones y el propio Contreras, ese puñado de jugadores" pese a sus ganas y visión de futuro, no pudieron imaginar que alo- cada aventura concluirla con la fundación del club más popular de Chile.
En pocos años, producto de muchas vertientes efectivas y deportas, Colo Colo se transformó en algo más que, un equipo: en fenómeno social (con su tremenda capacidad de convocatoria) y en el mejor paradigma futbolístico del balompié criollo.
Tal vez lo primero haya sido consecuencia de lo segundo No sabemos, Aunque “aventuramos” aun sin el éxito deportivo que ha envuelto su trayectoria, Colo-Colo pareció estar predestinado, desde su nacimiento, a convertirse en lo que es: el club más popular de Chile. Por sus primeras y legendarias giras por nuestro país; por esa imagen de equipo aguerrido y corajudo, que arrastra hasta hoy; por la muerte de David Arellano... En fin. Muchos fueron los factores que entrelazaron a Colo-Colo con el sentir del pueblo.
Pero volvamos a aquella sesión del 19 de abril.
«Ya tenemos nombre, señalaba con orgullo Contreras, pero nos falta el uniforme». El vozarrón de Quiñones disipó las dudas: «Camiseta blanca, que representará la pureza de nuestros procedimientos. Pantalones negros, como muestra de la seriedad de cada uno de los integrantes del Colo-Colo FootBall Club». «¿Y las medias?» Guillermo Cáceres se adelantó a todos y propuso: «Negras con franjas blanca, corno La de los marinos de nuestra Armada». David Arellano concluyó: "Usaremos, también, zapatos negros, pero con franja roja". Firmaron el acta, Juan Quiñones, David Arellano, Francisco Arellano, Luis Contreras, Rubén Arroyo, Clemente Acuña, Nicolás Arroyo, Guillermo Cáceres, Rubén Sepúlveda, Eduardo Stavelot y Luis Mancilla. , Así se escribió la primera página del libro de vida de Colo-Colo. 'Continúa. "Sus primeros pasos"Todavía un poquito resentidos por su retiro de Magallanes, pero más imbuidos en engrandecer el nuevo club, sus fundadores decidieron comenzar en grande: se inscribieron en la Primera División de la Liga Metropolitana. Tras su debut, alguien vaticinó: "Colo-Colo será el campeón". Y lo fue. Pero no sólo eso: se mantuvo en calidad de invicto durante todo el año 25. , lo apodaron el equipo de los "Invencibles". Y dentro de esa temporada llena de éxitos, ganó su primer clásico. 'Obviamente frente a Magallanes: dos por uno.
El artífice de la campaña fue, sin dudas, David Arellano. No sólo destacó por su técnica e inteligencia dentro de la cancha, sino por su calidad humana, por sus esfuerzos por contagiar al resto de sus Compañeros de una mística especial y una fantástica disciplina. Arellanno -' señalaban algunos testimonios de la época- fue un adelantado a su tiempo. Por lo menos, al tiempo futbolístico de Chile, ya en esos años de inferior jerarquía al del Río de la Plata.
Un botón de muestra: Colo-Colo, que se mantuvo invicto hasta el treinta de mayo del 26, debutó intencionalmente en noviembre de ese año frente a Peñarol de Montevideo. Cayó por cinco a uno, sin apelación.
Sin embargo, para el medio criollo, Colo-Colo representaba una de sus fuerzas más poderosas... en la cancha. Institucionalmente aún estaba a la zaga de los poderosos Magallanes, Audax Italiano, Bádminton, Unión Española o Wanderers.
Es en este instante cuando emerge con fuerza un nuevo nombre que ayudará al crecimiento del club, un nombre que contaba, eso sí, con un "viejo" apellido dentro del historial colocolino: Alberto Arellano, hermano de David. Caratulado como un maestro en la Organización.
Alberto montó una gira al sur del país (desde Talca a Chiloé), los últimos días de aquel glorioso 25. El viaje resultó un éxito en lo deportivo, pero también en lo pasional, Colo-Colo siembra su primera semillas de popularidad a lo largo de nuestra geografía y sus simpatizantes ya no son privativos de Santiago.
Aunque en 1926 los albos sumaron, como dijimos, la pérdida del invicto (ante Wanderers, 1-3), más otros reveses con Magallanes y Peñarol (este en nivel internacional), ese año marcó otro hito en su biografía: comenzó a gestarse su trascendente gira por Europa.
Patrocinada por el entonces presidente de la Federación de Fútbol, Carlos Cariola, Colo-Colo partió al viejo continente el 2 de enero de 1927, reforzado por algunos jugadores santiaguinos y otros venidos desde el sur.
Antes, el equipo hizo escala: Antofagasta, Iquique (lugares donde sumó más adeptos), Guayaquil (Ecuador) y México. En todas partes se presentó a «tablero vuelto», recogiendo además, una buena cosecha de triunfos. El 28 de marzo pisó tierra española.
Continúa. "La Tragedia de Valladolid"
Estadísticamente, la gira por la Península -incluyo partidos en Portugal resultó positiva: una treintena de partidos, con más triunfos que derrotas. eso traía muchas ilusiones y hasta ese momento nadie se imaginaria lo que ocurriria.
El 3 de mayo, ante el Unión Real Valladolid, a los 35 minutos, cae y para siempre, el gran capitán David Arellano. Mucho se ha escrito respecto a la muerte de este excepcional hombre y deportista. Y, seguramente, se seguirá escribiendo. Algunos afirman, por ejemplo, que David no quería entrara la cancha esa tarde. Que el golpe que recibió del defensor vallisoletaner no fue casual. Otros hablan simplemente de homicidio. Julio Martínez, con inusitada energía, escribió al respecto (en su prólogo para el libro de Francisco Mouat, "Cosas del Fútbol"... )A mi siquiera me cabe la duda que fue casual. Se lo escuché a don Carlos Cariola (cuya maestría lo convirtió en un hombre multifacético), que presidió aquella delegación alba el 27 Se lo escuché a otros viajeros que estuvieron en las gradas esa tarde aciaga. Se lo escuché a los propios hermanos de Arellano. Y se lo escuché siempre a mi madre, la que en cuanto se mencionada el caso, saltaba como un resorte. «Eso fue una desgracia, una fatalidad». Y le sigo creyendo porque ella nació justamente; en Valladolid... » Peritonitis traumática y ruptura del intestino, consignó la autopsia.
A partir de ahí, nada fue lo mismo para el equipo. La gira europea prosiguió casi por inercia, concluyendo el 9 de junio. Luego, de vuelta, algunos partidos amistosos en Montevideo y Buenos Áires, que sólo sirvieron para confirmar la supremacía río platense sobre nuestro fútbol. El 18 de julio, Colo-Colo retornó a Chile con un crespón negro en su emblema.
La muerte de Arellano no mermó la capacidad combativo ni deportiva del equipo. Al parecer el gran David seguía rigiendo los designios del club desde arriba. Colo-Colo ganó los campeonatos del 28, 29 y 30, este último conseguido en dramático partido final ante Unión Española. Incluso, hasta se dio el lujo de ganarle a Bellavista de Montevideo.
Pero ni siquiera la mano del desaparecido capitán podía controlar la primera crisis directiva que se avecindaba. Una cuestionada elección determinó el advenimiento de Femando Larraín Mancheflo a la testera del club. El problema, en todo caso, era otro. Los jugadores exigían un trato de profesionales, mientras el directivo se renegaba a tener jugadores rentados.
La desazón llegó a la Asociación Santiago, organismo que decidió intervenir en el club. La crisis colocolina conllevaría secuelas para las demás instituciones, pues producto de ella, el año 33 se instaura el primer torneo profesional de fútbol en nuestro país.
Continúa. "Nace el profesionalismo"
Asfixiados por cargas tributarios que les imponía la Asociación Santiago y por la necesidad de instaurar un campeonato profesionalizado, los grandes clubes componentes de ese organismo (Audax Italiano, Bádminton, Colo Colo, Green Cross, Magallanes, Moming Star, Santiago National y Unión Española) deciden crear la Liga Profesional, el 27 de mayo de 1933.
Su decisión sería avalada meses después por la Federación de Fútbol, pero en el intertanto, la Liga ya había comenzado a funcionar. El primer Campeonato de Apertura lo ganó Colo-Colo, pero en el oficial (que se inició el 22 de julio) todo fue para la poderosa oncena de Magallanes.Sin embargo, los albos -y pese a una extensa campaña internacional, con resultados no siempre positivos-, obligaron aun partidos de definición a su tradicional rival. Emparejados a doce puntos en la tabla general, la finalisirna se la adjudicó Magallanes por, 2- 1.
Roberto Cortés; Emesto Chaparro, Clodoiniro Lorca, Roberto Díaz, Lizardo Pifia, Elías Zapata, Alberto Bravo, Abraham Vargas, Luis Carvallo, Guillermo Valdivia y José Mguel Olguín. Esta fue la formación colocolina en el primer campeonato profesional de nuestro fútbol.
Al año siguiente, la carnpaña evidencia, una fuerte involución. Los albos, con un equipo muy desgastado y desorientación táctica, conformaron una oncena irregular. Quizás lo más destacable sería, en el balance, la aparición en el primer equipo de un hombre que marcaría una época: Enrique «Tigre» Sorrel, proveniente de Audax Italiano. Su presencia ayudó, de paso, a olvidar la partida del popular «Chincolito» Mayo que, doce meses atrás, había emigrado a Vélez Sarsfield, donde fue figura y goleador Y, a pesar que el campeonato lo volvió a ganar Magallanes, y Colo-Colo fue apenas tercero, tras Audax, el equipo demostró ser de mayor arrastre popular, recaudando 74 mil 276 pesos. - La ansiedad por alcanzar la primera estrella debió ser postergada, sin embargo. El 35, en un campeonato con dos divisiones, y en dos ruedas, Magallanes se alzó con su tercera corona y Colo-Colo quedó postergado al cuarto lugar. El consuelo, nuevamente, lo arrojaron las cifras. Los albos recaudaron 99 mil 170 pesos.
Sobre el campeonato de 1936 podría decirse que fue el de transición para los albos. Terceros en la clasificación general, ese equipo serviría de base para alcanzar el título, en calidad de invicto, al año siguiente.
Pero no nos adelantemos. Las llegadas de Tomás «Rata» Rojas y Arturo «Carecacho» Torres alentaron la esperanza de un primer título. Pero, la corona, recayó, esta vez, en los pies de los jugadores de Audax Italiano y, el subcampeonato, en los de Magallanes.
Continúa. "Un Titulo Grande"
El 37 todo cambia y Colo-Colo ¡por fin! - daría su primera vuelta olímpica.
Esa brillante campaña está asociada al nombre de un presidente visionario que, no sólo se preocupó del primer equipo, sino también de las divisiones inferiores, aspecto que los albos habían tratado en forma casi irresponsable: don Emesto Blake.Con capacidad organizativa y preocupado, de los más mínimos detalles, Blake asumió su presidencia (el 14 de enero de ese año) con las siguientes palabras: "Creemos que el equipo de honor está en condiciones de responder al presfigio del club".
¡Y de que forma respondieron los jugadores! Su campañaa resultó brillante: 2-0 y 2-1 a Unión Española; 3-3 y 3-1 con Magallanes; 5-2 y 3-3 con Santiago Moming; 3-1 y 5-0 a Wanderers (primer año de los «caturros» en la serie profesional); 4-2 y 7-2 al Audax, y 7-2 y 3-3 con Bádminton. Consiguieron en total 21 puntos, cinco más que su escolta Magallanes.
También los triunfos alcanzaron el plano internacional. Colo-Colo realizó una gira por Bolivia, enfrentando al Bolívar (4-3), a las selecciones de La Paz y Cochabamba (8-2 y 4-4, respectivamente) y al Sao Cristovao de Brasil (3-3). En Santiago, se midió con Rosario Central (de Argentina), con el que obtuvo dos empates: 3-3 y 1-1.
Faltaba un último título: jugó y derrotó a Iquique, campeón Nacional Amateur, proclamándose Campeón de Chile. La formación titular de ese equipo brillante fue la siguiente: Pedro Femández; Nemesio Tamayo, Eduardo Camus; Juan Montero, Arturo Torres, Amadeo San Juan; Enrique Sorrel, Manuel Arancibia, Arturo Carmona, Carlos Arancibia y Tomás Rojas. A ellos habría que agregar los nombres de A. Zamora, H. García, C. Weich, R. Luco, F. Caballero, L. León y 0. Lira, también integrantes del plantel.
El goleador fue el «Tigre» Sorrel (14), seguido por Arturo Carmona (11) y Carlos Arancibia (10). De esta forma, Colo-Colo obtuvo su primera estrella... la primera dentro de las tantas que registra su historial.
La del 38 fue una temporada contradictoria. hitos importantes, como la reelección de Emesto Blake en la presidencia; la llegada del técnico húngaro Máximo Garay; la consagración, en la «cuarta especial», de dos jugadores que harían historia: Norton Contreras y Francisco Honnazábal; el honor que le cupo a Colo-Colo de inaugurar el estadio Nacional (frente a los brasileños del Sao Cristovao, el 4 de diciembre, ante sesenta mil personas y con un triunfo de 6-3).
Pero en el campeonato oficial, los albos apenas alcanzaron la tercera posición. Postergado por el campeón Magallanes y el subcampeon Audax, Colo-Colo realizó una campaña llena de altibajos. Triunfos importantes, como ante la Universidad de Chile (6-0 y 6- l), ante Unión (7-2) o Bádminton (7-2), pero también derrotas trascendentes: 2-6 frente a Magallanes, 3-4 y 4-5 con Audax y 2-3 ante la propia Unión, en la primera rueda. Colo-Colo, además, sufrió el dolor de otra partida: víctima de un ataque cardíaco, murió "Vitoco" Morales, uno de los pilares en las campañas amateurs. «En una apacible tarde de mayo, como el gran David... », señaló el presidente honorario Róbinson Alvarez, el día del funeral.
Todo parece olvidarse en el campeonato 39. Otra vez, Colo-Colo campeón. A pesar de algunas vicisitudes en el plano directivo (renuncias de Emesto Blake - quien fallecería ese mismo año- y Tomás Olivos, quedando a cargo del club Róbinson Alvarez) y la partida de otro grande: el bravo defensor Juan Montero (también en mayo), los albos se afirman en la cancha y cumplen una campaña de campeones: veinticuatro partidos jugados en el año, con 17 triunfos y 91 goles a favor.
En agosto, se hizo cargo de la dirección técnica del equipo, un europeo llamado a revolucionar nuestro fútbol: el húngaro Francisco Platko. Su debut fue ante un combinado River Plate-Independiente, en el estadio Nacional, con una estrecha derrota de 3-4. Pero, a la larga, la mano de Platko se haría sentir con inteligencia y maestría.
Los once campeones del 39 fueron: Valentín Erazo; Santiago Salfate, Eduardo Camus; Segundo Flores, José Pastene, Oscar Medina; Enrique Son-el, Juan Vergara, Alfonso Domínguez, Noilon Contreras y Tomás Rojas. Como alternativas estuvieron, Luco, Arcos, San Juan, Salazar, Sánchez, Manríquez, Fuenzalida y los dos Arancibia.
Lo más destacado del equipo fue, sin dudas, la producción goleadoa de Alfonso Domínguez: marcó 32 goles en 24 partidos, un récord irnbatible. El «Tigre» Sorrel no quiso quedarse atrás: 22 tantos en 24 partidos. Deslumbró, corno siempre, Tomás «Rata» Rojas, y el recién ascendido al primer equipo, Norton Contreras. En medio de tanta euforia, pasó casi inadvertido un aviso en la prensa que decía: «Colo-Colo Fútbol Club necesita propuestas para la adquisición de tres hectáreas de terreno, destinados a la construcción de su estadio. Plazo: hasta el 6 de septiembre de 1930, a las 19:30 horas».El sueño del estadio propio ya comenzaba a incubarse dentro de los colocolinos. Nadie pensaba, en ese entonces, que el sueño recién vendría a materializarse cincuenta años más tarde.Continúa. "Los años 40"
Platko y su revolucion Con el desarrollo incipiente del profesionalismo, en el club popular comienza a innvovar en lo tactico.
Colo-Colo planificó la temporada del 40 bajo una premisa: obtener el bicampeonato. Contrató a los peruanos Socarraz y Femández, y a Carlos Atlagich, de Bádrninton. Ya en el Apertura, los albos exhibieron la misma solidez del año anterior y, ante veinte mil personaste ganaron la final a la «u» por 3-2.
Todos se frotaban las manos. «Repetiremos 1a hazaña de Magallanes», señalaban los más optimista, refiriéndose al tricampeonato de los albicelestes, en los albores del profesionalismo.La realidad, sin embargo, se encargó de sepultar las esperanzas. Moviéndose entre una peligrosa irregularidad, pese a contar con una delantera de lujo -Sorrel, Socarraz, Domínguez, Contreras y Rojas-, terminó en cuarta posición, a cinco puntos del campeón, Universidad de Chile.
Muy poco para lo que se esperaba de ese equipo. Al año siguiente, Platko tuvo sus dudas para elegir la oncena titular. Pasó un período de pruebas antes de tomar la decisión: Diano; Salfate y Camus, Hormazábal, Pastene y Medina; Sorrel, Socarraz, Domínguez, Contreras y Rojas,.Fueron los elegidos.
Uno de los mejores elencos de Colo-Colo en toda su bitácora. Pero además, el húngaro implementó un sistema que cambiaría las estructuras técnicas de¡ fútbol nacional: el famoso esquema de la >
Aunque Platko ya había impuesto ese diagrama en el toneo anterior, la experiencia ~ inadvertida, no sólo por la escasa cultura táctica del aficionado y la prensa de la época, sino porque los magros resultados terminaron por encubrir las ideas del técnico. Sin embargo, tras escoger cuidadosamente el contingente titular, Platko logró plasmar en la cancha sus abstracciones de pizarrón.
La «WM» (un invento del inglés Herbert Chapman, en 1925) introdujo lo que aquí se llamó el «half policía», es decir, -un tercer hombre de contención entre los dos «backs» centrales. Los «halves», a su vez, ocuparon 'el medio terreno, y, en ataque, se dispuso de dos aleros abiertos y un «centroforward».
Bajo este sistema, Colo-Colo llegaría a conseguir su tercer título, nuevamente en calidad de invicto. Tras algunas vacilaciones en algunos amistoso y en el Apertura, Colo-Colo debuta en el Oficial goleando sin piedad a Católica (5-1). Luego, un empate a dos con Santiago Moming (donde el esquema no sirvió para anular la genialidad de Raúl Toro) y un contundente 3-0 sobre Audax. El 3 de agosto enfrentó a Magallanes, humillándolo por 5- 1.
La«u» del «Conejo» Scopelli casi logra esterilizar a la máquina de Platko, que al final se impuso dificultosamente por dos a uno. De ahí -en adelante, nadie dudó quién se quedaría con el título.
Colo-Colo ganó el campeonato con 30 puntos, ocho por sobre el sub-carnpeón Santiago Morning, y eso que no alcanzó a jugar su último encuentro con Bádminton.
Nuevamente Alfonso Domínguez se alzó como el máximo artillero, con 17 tantos, seguido del peruano Socarraz (12) y el eterno «Tigre» Sorrel (1 l).
Lamentablemente, a nivel internacional su rendimiento no alcanzó ribetes decepción: cayó dos veces ante San Lorenzo de Almagro (1-2 y 1-3), empató y perdió con River Plate (1 - 1 y O- 1) y sólo derrotó a Huracán (2-l). Pese a ello, el Colo-Colo del 41 marcó un hito en nuestro fútbol. A partir de él, se archivaría e1 fútbol intuitivo (o, como alguien lo definió, «al lote»), para dar paso a un balompié moderno, más táctico, casi «científico».
Enero del 42 sorprendió a los albos en un nuevo conflicto directivo. Róbinson Alvarez, elegido el día catorce, renunció el 19. Déficit en- las arcas del club críticas respecto a su «extranjerización» determinan su salida.
Colo-Colo comenzaba el año, como lo terminaría: confuso. Al desgaste natural de los jugadores que soportaron la brillante campaña del 4l (muchos de ellos afectados por lesiones), se sumó el fracaso de Platko como técnico de la selección Nacional en el Sudamericano de Montevideo, lo que puso en duda la efeividad de su táctica. Pese a las contrataciones de los argentinos Guerrieri (ex Nacional Juventus) y Vaschetti (ex River), el campeonato no estaba dispuesto a vestirse con los colores albos, sino con la «V» negra del «Chaguito». Guiados por el magistral Raúl Toro, los «bohemios» accedieron a su primera estrella, superando por un punto a Magallanes y por cuatro a Colo-Colo, que remata en tercer lugar.
Tampoco el balance internacional deja un superávit: tres triunfos y cuatro derrotas ante rivales argentinos y uruguayos. Veladamente comenzó a hablarse de renovación del plantel. Palabra que se repetiría al año siguiente.
Porque el 43, un equipo casi juvenil de Unión Española le arrebató la corona Colo-Colo (26 puntos contra 24 de los albos y Magallanes). El equipo, se decía, es casi el mismo del 41. Claro, pero con mil batallas mas en el cuerpo. Las ideas de Platko y la vitalidad de los jugadores quisieron acallar las críticas: terminaron subcampeones. En la nueva sede social de calle San Pablo, la campaña, ernpeoro, no dejó satisfecho a nadie. Menos, con los compromisos internacionales que Colo-Colo) sostuvo, en diciembre, con Racing (capitaneado por Sergio Livingstone), donde pierde por los abultados 1-6 y 0-3, y con Rosario Central (2-3). Continúa. "Lucho Tirado toma el timón"
El nuevo año comenzó en Colo-Colo con un cambio previsible: el húngaro Platko empacó sus bártulos y con destino a Magallanes. Fue algo así como- el inicio de una purga contra los extranjeros, pues, acto seguido, el sobre azul lo recibieron los argentinos Josellatto y Diano y el peruano Socarraz. Los albos pregonaron a medio mundo: «vamos a chilenizar el equipo». La idea era reforzarse con jugadores forjados de sus propias canteras, aunque sin descartar la llegada de un par de contrataciones de fuera, como sucedió con Héctor Rojas (centro delantero) y el portero José Sabaj, ambos de la u en la banca se sentó Arturo «carecacho» Torres.
Colo-Colo tuvo un debut mas que auspicioso. En dos amistosos cayó estrechamente frente a Boca campeón argentino, por dos a, uno, y en la revancha, obtuvo un meritorio empate a un gol.El campeonato oficial, en todo caso, presentaba fuerzas muy parejas, donde destacaban Audax Italiano, Magallanes, Santiago Morning y Santiago National, club que realiazo un gran esfuerzo económico en el plano de las contrataciones, pero terminó apenas en sexto lugar.
Los albos comenzaron bien:4-2 Wanderers y 4-1 a Universidad de Chile. Luego, un empate con Everton y dos goleadas consecutivas: 9-3 a Santiago Natiónal y 3-0 a Bádminton. El invicto recién lo perdieron en la octava fecha (1-2, frente a unión Española). De ahí, hasta el termino de la primera rueda, Colo-Colo sufrió un peligroso bamboleo en los resultados. La mitad del torneo lo sorprende tercero,tras recibir la humillación de haber caído -y por paliza- con Magallanes (1 -5), en un parado que sirvió de despedida a Santiago Salfate, quien había pertenecido siete años en el club.
Los directivos se desesperaron. «carecacho» Torres abandonó la direcci6n técnica y en su lugar asumió Luis Ttirado , el mismo que sacó campeón a, la «u» el 40.
El nuevo estratega dió resultados. A sólo dos fechas para el final, Colo-Colo estaba apenas a un punto del líder, Audax Italiano. Y ambos debían chocar en la última jornada del torneo.
Restaba, empero, el gran escándalo del campeonato: escasos minutos antes de terminar el partido Magallanes Colo-Colo, el árbitro suspendió las acciones por «excesivo juego violento». La razon verdadera asi se supo después fue buscar la repetición del cotejo, para recibir doble recaudación.
Los albicelestes (que al momento del pitazo del juez, mantenían supremacía en el marcador) aceptaron de buena gana volver a jugar, sin pensar que Colo-Colo termibnaria imponiéndose por 2- 1.
En el partido final, ante un aundax que tenia un punto de ventaja en la tabla, los albos demostraron un juego funcional, simple y triunfaron~3-1. Títuloéuforiá y un reconocimiento a quienes fueron los puntales de la campaña: Hormazábal, Pastene y Medina. Ah, y por supuesto, a Lucho Tirado, el gran estratega.
El equipo base del 44 fue: José Sabaj; Jorge Vásquez, y Guillermo Fuenzalida, Francisco Horrnazábal, José Pastene y Gilberto Mutíoz; Juan Aranda, Jorge Peñaloza, Alfonso Domínguez, Norton Contreras y Tomás Rojas.
Goleador resultó Alfonso Domínguez (quien había estado a préstamo en la «u»), con 19 conquistas. Mas atrás, Tomás Rojas (8) y Jorge PefWoza (7).
La bandera blanca ya lucía cuatro estrellas. Y aún quedaba mucho más...Una caída impensada.La experiencia indicaba que siempre tras la obtención de una corona, Colo-Colo cumplía una campaña no muy regular. Pero lo que aconteció el 45, superó todo lo imáginable: ¡penúltimos!, Sólo superando al débil Bádminton.Continúa. "¿Qué había pasado?"
Algo que no estaba en los planes de los "visionarios" dirigentes del club: Colo-Colo no tenía plantel. Equipo sí, y poderoso, pero no contaba con gente para las emergencias Y en ese año fueron muchas.
Pancho Horrnazábal se incorporó a la escuadra aún resentido por su esfuerzo en el Sudamericano efectuado, por primera vez, en nuestro país (y que terminó en otro escándalo: lío de platas entre dirigentes y jugadores, con sumario incluido para algunos integrantes de la Selección. Al cabo, Chile remató tercero) y su presencia sería intermitente a lo largo del campeonato oficial.
El caso del volante fue uno más de los que sacudieron a los albos: José Sabaj, Alfonso Dominguez, Oscar Medina, Jorge Vásquez... sintieron también el rigor de las lesiones.Con todo, Colo-Colo ganó el Torneo de Campeones -ganadores de la competencia oficial, a partir del año 33-, tras disputada final con Magallanes (2-0). Esto hizo abrigar optimismo.
El inicio del oficial se encargó de borrar las sonrisas. Sendas caída frente a Santiago Morning y Everton. Las derrotas, ,se sucedieron y los lesionados también' Fue tal el grado de desesperación que, para el encuentro de vuelta con el «Chaguito», debió recurrir al veterano «Tigre» Sorrel, con crueles consecuencias para el otrora formidable, delantero: un desgarro lo hizo abandonar la cancha tempranamente, bajo las pifias de la barra popular, Fue su, último partido, tras doce años de actividad.
Agobiado por problemas de caja y una pésima campaña, Colo-Colo cerró, sin amor, esa temporada para olvidar: GreenCross resultó campeon, los albos... undécimos entre doce equipos.
De alguna forma había que revertir esa situación. El 46 entonces, fue esperado como el año de la rehabilitación. La directiva asume los errores e intenta corregirlos. Comenzó un febril período de contrataciones. Se le pagó a Magallanes la cifra récord de 180.000 pesos por el zaguero Domingo Pino. También ficharon Juan Alcántara, Pedro Hugo López, Sebastián Arévalo Luis Serrano y el joven arquero de Badminton, Misael Escuti.
El 13 de abril comienza el torneo, pese a la falta de canchás (muchos estadios estaban en reparación y otros, en estado deplorable). Colo-Colo debutó con una derrota: 2-3 ante Everton. Aún asi, la confianza se mantiene. Los problemas radicaban en que algunos refuerzos no convencían y el vacío dejado por Horinazábal (había partido a Argentina para ser operado) era imposible de llenar. Lleno con cambios constantes en la alineación, Colo-Colo vio, resignadamente corno Audax se ponía la corona. Los albos, en sexto lugar.Continúa. "Tigre, que estás en la tierra..."
Pese a su amarga salida de¡ primer equipo - en aquel partido frente a los «bohemios»-, Enrique Sorrel siguió defendiendo a Colo-Colo en los campeonatos para reserva (o equipos b) Quizas por su inteligencia para ver el futbol, o por su cariño irrenunciable hacia el club, o , talvez, por su ascendencia sobre los jugadores, o (lo mas probable), por todos esos factores juntos, que la directiva sus pupilas en el «Tigre» a la hora de elegir director técnico.El equipo era casi el mismo de la temporadas anterior, salvo por las incrustaciones de Guillermo Clavero y Domingo Torres. Horrnazábál seguía con problemas físicos y no-se podía contar con él. Pero el «Tigre» hizo lo que parecía imposible: resucitar a Colo-Colo como campeón.
Los primeros pasos los dio como local, frente al Alianza de Lima: 1-3 y 20. Luego, y pese a que algunos directivos habían renunciado, «ante la irremediable quiebra del club», Colo-Colo viajó a Buenos Aires y puso en jaque al famoso San Lorenzo de Farro, Pontoni, Martino, Zubieta... Cayó, finalmente, por 2-3 y 1-2.
Lo importante, en todo caso, estaba en el oficial, y Colo Colo debutó ganando por la cuenta mínima a Iberia. Con un equipo joven, los albos mostraban un juego coherente y, una mística a toda prueba. Las siguientes «víctimas» fueron Santiago Mornig-(2-0), Bádminton (4-2), Santiago National (5-0) y Everton (2-0). Luego rescataría un empate heroico en Playa Ancha, ante Wanderers, a tres goles, tras ir, perdiendo 1-3, Sólo un cuadro conseguiría derrotarlo. Y en dos oportunidades: Audax italiano, pero El resto debio rendirle pleitesia a los pupilos de Sorrel que aun siendo jovenes, contaba con el aporte excepcional del veterano Alfonso Dominguez, un hombre que reverdecio en su ultima campaña. Colo-Colo tocó el título restando tres fechas para finalizar el torneo. Le sacó siete puntos de ventaja a su más cercana escolta (Audax) y once a la «u». Utilizó 19 jugadores, aunque el equipo más estable fue: José Sabaj; Manuel Machuca y Domingo Pino; Francisco Urroz, Rosamel Miranda y Gilberto Mufloz; Juan Aranda, Luis Oyarzún, Alfonso Domínguez, Jorge Peñaloza y Pedro Hugo López. Como goleadores se inscribieron Peñaloza (14), López (11), Aranda (8) y Domínguez (6).-Continúa. "Otra vez la confusión"
Colo-Colo se entusiasmó. La campaña del 47 propició que sus dirigentes más en beneficio propio que del club lanzaran la idea del Campeonato de Campeones de América (antecedente de la Copa Libertadores). Santiago fue elegido como sede.
Emelec (Ecuador), Litoral (Bolivia), Vasco da Gama (Brasil), Municipal (Perú), River Plate (Argentina), Nacional (Uruguay) y Colo Colo fueron los animadores. Pronto se vio que el peso de la responsabiliadad principal escollo para los albos. Presionado por responder al esfuerzo económico hecho por el club, los jugadores, se vieron superados por, el nerviosismo.
Cayeron frente a Emelec, River y Municipal; rescataron un empate ante el futuro campeón, Vasco, y sólo ganar los dos puntos a Nacional y Litoral Al final, Colo-Colo debió conformarse con la cuarta ubicación. No fue bueno, pues, el apronte para el Tomeo Oficial. Por lo mismo, los albos se reforzaron con Arturo Farías y Mario Castro (ex S. Moming) y Mario Lorca (ex Ferroviarios).
Con problemas delesiones y cansados tras la famosa Copa de Campeones, el debut no fue considerado bueno: 2-2 con Católica Apartir de ahí, nada más que irregularidad. No bastó, ahora, la mística que imprimía el «Tigre»' Las deserciones se sucedieron y hubo cambios obligados en la alineación. El campeonato terminó con Colo-Colo a siete unidades del monarca, Audax Italiano. El problema más serio fue que no se veían soluciones para la temporada venidera. Con déficit en su balance, disputas entre jugadores y directivos por cuestiones de renovación de los contratos y sólo un fichaje: el tocopillano Manuel «Colo-Colo» Muñoz, los albos enfrentaron el año 49. Como preparación, pactaron dos amistosos contra Rácing de Montevideo de la Segunda División uruguaya. 3-1 y 3-3 fueron los guarismos. Y, aunque el saldo resultó positivo, el equipo no convenció. A nadie extraño que Colo-Colo comenzara perdiendo ante la Católica de José Manuel Moreno por 0-2. Ya en ese partido brillo la figura del «Chaffo» y muchos vaticinaron que los «cruzados» serían aspirantes a la corona. Tal como ocurrió. Después, una larga cosecha de derrotas, al punto que Colo-Colo terminó penúltimo al cabo de la primera rueda. Se, llegó al término del campeonato sin mayores novedades: Católica campeón y los albos, relegados a la novena ubicación.Continúa. "La importancia del apellido Robledo"
El influjo de los hermanos que vinieron de Inglaterra llenó una década de importantes triunfos.
La década del 50 se abrió para el fütbol chileno con el Mundial de Brasil, el primero de postguerra. La Selección fue eliminada en primera ronda, pero cumpió buenas actuaciones frente a Inglaterra, España y Estados Unidos.
En nuestro país, Colo-Colo comenzó su temporada con un triunfo ante Rampla Juniors de Uruguay (3-2), en donde destacaron Manuel Muñoz y el recién llegado José Santos Arias. A él se agregarían, corno refuerzos, Osvaldo Sáez (Wanderers), Eustaquio Candia (Everton), Rubén Jiménez (Audax) y, en el pórtico, Javier Mascaró (U. Católica).Pancho Horínazábal, a su vez, se despidió del equipo, con un gol ante el Madureira de Brasil.' El 2-2 frente everton, en el inicio del torneo, no fue considerado un mal resultado, considerando el fuerte equipo que habían estructurado los viñamarinos. Pero luego se sucedió una derrota (0-3) con Santiago Morning y un empate a tres con Unión, otro de los grandes de la temporada.
Pese a los vaivenes en el rendimiento (desproporción entre una buena zaga y un mal ataque,a un con Colo-Colo» Muñoz), los albos lograron entrar en la pelea por el título. Las derrotas ante Unión y la «u» los postergan y, finalmente, se ubicaron a un punto del campeón, Everton (quien dirimió la corona con Unión, en una final memorable, sólo desequilibrada por el genial aporte de René Meléndez).
De ese meritorio tercer lugar, sin embargo, Colo-Colo pasó al quinto en la clasificación general. ¿La razón? El 9 de enero de 1951, la Asociación Central resolvió quitarle seis puntos al equipo, a raíz de una denuncia de soborno hecha por el arquero de Green Croos -y ex albo-, José Sabaj.
Pero faltaba más: el organismo expulsó al dirigente colocolino Luis Orellana (sindicado como el responsable del delito). El escándalo fue mayúsculo. Tras muchos cabildeos y reuniones, la A.C.F. mantuvo los fallos, propiciando una nueva crisis directiva en el, club. Pedro Foncea asumió la presidencia, tras la renuncia de Hugo Larrain, En medio, Colo-Colo derrotó y empató con el Libertad de Asunción (4-0 y 1 -1) y participó sin mucho éxito en un cuadrangular internacional: Nacional. (O2), Botafogo (3-1) y Santiago Moming (1-4).
El técnico Luis Tirado comprendió la necesidad de reforzarse: llegaron Femando Campos (Wanderers), Antonio Valjalo (U.Española) y Lindorfo Mayanés (U.Católica).
La mayor dificultad siguió siendo el desnivel entre la zaga y la línea de ataque. Aun así, obtuvo un 2-2 con la «u»; un 1-1 con Everton, Y un 5-3 sobre Ferrobádminton.
La solidez defensiva otorgaba buenos dividendos y logró arrimarse al tercer lugar al termino de la primera rueda.
En un campeonato, de por sí estrecho, no estaba permitido balbucear. Eso no lo entendió Colo-Colo, que terminó regalando partidos que tenía en el bolsillo. Y, cuando debió enfrentar a Unión (equipo con mucha cara de campeón,), cayó estrepitosamente por 2-4.
Por cierto, los «rojos» alcanzaron su segunda estrella (ganaron por la cuenta mínima el partido de definición ante Audax) y Colo-Colo obtuvo un tercer puesto, a cuatro puntos de Unión. Esta ubicación hizo que los albos mirasen la temporada del 52 con otro ánimo. Y ese ánimo se reforzó luego de jugar dos partidos amistosos contra boca: cayó en el primero por 0-2, pero en el de revancha, encajó un inapelable 4- 1. El torneo de ese año se planteó con 3 ruedas, todos contra todos. Físicamente, los equipos debían estar a punto. Los que mejor asomaron sobre el resto fueron Everton y Colo-Colo, campeón y sub, respectivamente. Los albos cumplieron una buena campaña de la mano del técnico José Luis Boffi, aunque en la rueda decisiva tuvieron dos traspiés que los alejarían definitivamente del título: 0-3 con Audax y 1 - 1 con un débil Magallanes. Los de Viña, en cambio, siempre con Meléndez corno máxima figura, se encaramaron al tope de las estadísticas, con tres unidades de ventaja sobre su escolta.Continúa. "Jorge y Ted"
La corona del año 53 estuvo sustentada en dos hechos íntimamente ligados entre sí: por una parte, la elección de Antonio Labán como presidente del club, y, por otra, la llegada al equipo de los hermanos Robledo.
Una muy cerrada votación determinó que Labán pudiera acceder al sillón presidencial. Su meta inmediata fue llevar a Colo-Colo a su sexta estrella. Para, ello se abocó a la repatriación de Jorge y Eduardo Robledo, los iquiqueños que triunfaban en el Newcastle inglés. Además, contrato al excelente Atilio Cremaschi (ex Unión). En otras palabras, el presidente acogió las sugerencias del técnico Platko (quien volvía al club), en el sentido de reforzar su línea media y ataque. Atrás, todos sabían que Colo-Colo no tenía problemas.La sola presencia de los Robledo en el equipo garantizó el título. Y esto no es una exageración: los albos comenzaron a ganar sus partidos casi «por presencia». Y también con goles: la delantera formada por Aranda, Cremaschi, Robledo(Jorge) Manuel Mutíoz y Castro, anotó 80 goles en 26 partidos. Nadie, pues, pudo oponerse resitencia a esa verdadera máquina de artillería: 4-0 a Ferro bádmínton; 6-1 a Iberia; 6-0 al Audax; 41 al «Chaguito» Morning,9; 4-0 a la «u», y 3-0 a la Unión, fueron algunas de las goleadas que encajó ese Colo-Colo.
Jorge Robledo sé transformó en figura indiscutido. Simple, de gran fortaleza física, sereno a la hora de definir, terminó no sólo como goleador del equipo (26 conquistas), sino contagiando a todos con su juego cerebral, pero efectivo.
Restando tres fechas para el final, Colo-Colo se proclamó campeón: goleó 8-3 a Magallanes. Un título que se celebró como nunca, luego de seis años de redundantes frustraciones.
El equipo base que se adjudicó la temporada 53, a ocho puntos del segundo, Audax, fue el siguiente: Misael Escuti; Caupólicán Peña, Arturo Farias, Rogelio Núñez; Osvaldo Sáez, Eduardo Robledo; Juan Aranda, Atilio Cremaschi, Jorge Robledo ' Manuel Muñoz y Mario Castro. Un equipazo.
El Bicampeonato no llegó
¿Por qué esa oncena goleadora no podría repetir el título? ¿Alguien lo dudaba, acaso? En esos momentos, no. Colo-Colo tenía la gran posibilidad de obtener el ansiado bicampeonato, que ya se le había escapado en cinco oportunidades anteriores.
Antonio Labán y sus directivos así lo querían. La hinchada casi lo exigía. Todos hablaban de un nuevo gran aflo para los albos, máxime cuando se supo de las contrataciones del gran Jaime Ramírez, ídolo en el Español de Barcelona, e Isaac Carrasco, ex Audax.
Sin embargo...Algo increíble aconteció: en las dos primeras fechas cosechó sendas derrotas (1-3, ante la «u», y 3-4, frente a Green Cross).
Del asombro general se paso a la búsqueda de chivos expiatorios. Y las miradas se centraron nada menos que en Jorge Robledo.
Muchos insinuaron que el formidable delantero se había «chilenizado», es decir, jugaba como sus compañeros, al revés de la temporada anterior, donde todos querían imitarlo. Robledo replicó: «Es solamente cansancio. Llevo muchos años jugando en forrna ininteriumpida ... » Colo-Colo se recuperó ganando ante Magallanes (3- 1, donde debutó Jaime Ramírez), pero a esas alturas Católica y Wanderers se alzaban como punteros.
Los albos hicieron un esfuerzo: sobrepasaron a los líderes. Empero, su irregularidad terminaría por derrotarlos. En el último partido, y separados apenas por un punto, chocaron con la uc. El empate a cero le dio el cetro a los de la franja y Colo-Colo quedó ahí en el umbral del bicampeonato. Aun así., Jorge Robledo acalló las críticas y se alzó como el máximo anotador de la competencia, con 25 goles. Esa temporada, de todas fonnas, marcó otro hito importante: Colo-Colo compró una sede social de lujo, en calle cíenfuegos 41. Por iniciativa de Antonio Labán, por supuesto.Continúa. "De la frustración al título"
La corona del año 53 estuvo sustentada en dos hechos íntimamente ligados entre sí: por una parte, la elección de Antonio Labán como presidente del club, y, por otra, la llegada al equipo de los hermanos Robledo.
Una muy cerrada votación determinó que Labán pudiera acceder al sillón presidencial. Su meta inmediata fue llevar a Colo-Colo a su sexta estrella. Para, ello se abocó a la repatriación de Jorge y Eduardo Robledo, los iquiqueños que triunfaban en el Newcastle inglés. Además, contrato al excelente Atilio Cremaschi (ex Unión). En otras palabras, el presidente acogió las sugerencias del técnico Platko (quien volvía al club), en el sentido de reforzar su línea media y ataque. Atrás, todos sabían que Colo-Colo no tenía problemas.La sola presencia de los Robledo en el equipo garantizó el título. Y esto no es una exageración: los albos comenzaron a ganar sus partidos casi «por presencia». Y también con goles: la delantera formada por Aranda, Cremaschi, Robledo(Jorge) Manuel Mutíoz y Castro, anotó 80 goles en 26 partidos. Nadie, pues, pudo oponerse resitencia a esa verdadera máquina de artillería: 4-0 a Ferro bádmínton; 6-1 a Iberia; 6-0 al Audax; 41 al «Chaguito» Morning,9; 4-0 a la «u», y 3-0 a la Unión, fueron algunas de las goleadas que encajó ese Colo-Colo.
Jorge Robledo sé transformó en figura indiscutido. Simple, de gran fortaleza física, sereno a la hora de definir, terminó no sólo como goleador del equipo (26 conquistas), sino contagiando a todos con su juego cerebral, pero efectivo.
Restando tres fechas para el final, Colo-Colo se proclamó campeón: goleó 8-3 a Magallanes. Un título que se celebró como nunca, luego de seis años de redundantes frustraciones.
El equipo base que se adjudicó la temporada 53, a ocho puntos del segundo, Audax, fue el siguiente: Misael Escuti; Caupólicán Peña, Arturo Farias, Rogelio Núñez; Osvaldo Sáez, Eduardo Robledo; Juan Aranda, Atilio Cremaschi, Jorge Robledo ' Manuel Muñoz y Mario Castro. Un equipazo.
El Bicampeonato no llegó
¿Por qué esa oncena goleadora no podría repetir el título? ¿Alguien lo dudaba, acaso? En esos momentos, no. Colo-Colo tenía la gran posibilidad de obtener el ansiado bicampeonato, que ya se le había escapado en cinco oportunidades anteriores.
Antonio Labán y sus directivos así lo querían. La hinchada casi lo exigía. Todos hablaban de un nuevo gran aflo para los albos, máxime cuando se supo de las contrataciones del gran Jaime Ramírez, ídolo en el Español de Barcelona, e Isaac Carrasco, ex Audax.
Sin embargo...Algo increíble aconteció: en las dos primeras fechas cosechó sendas derrotas (1-3, ante la «u», y 3-4, frente a Green Cross).
Del asombro general se paso a la búsqueda de chivos expiatorios. Y las miradas se centraron nada menos que en Jorge Robledo.
Muchos insinuaron que el formidable delantero se había «chilenizado», es decir, jugaba como sus compañeros, al revés de la temporada anterior, donde todos querían imitarlo. Robledo replicó: «Es solamente cansancio. Llevo muchos años jugando en forrna ininteriumpida ... » Colo-Colo se recuperó ganando ante Magallanes (3- 1, donde debutó Jaime Ramírez), pero a esas alturas Católica y Wanderers se alzaban como punteros.
Los albos hicieron un esfuerzo: sobrepasaron a los líderes. Empero, su irregularidad terminaría por derrotarlos. En el último partido, y separados apenas por un punto, chocaron con la uc. El empate a cero le dio el cetro a los de la franja y Colo-Colo quedó ahí en el umbral del bicampeonato. Aun así., Jorge Robledo acalló las críticas y se alzó como el máximo anotador de la competencia, con 25 goles. Esa temporada, de todas fonnas, marcó otro hito importante: Colo-Colo compró una sede social de lujo, en calle cíenfuegos 41. Por iniciativa de Antonio Labán, por supuesto.Continúa. "La década del mundial"
La actuación chilena en el tomeo del 62 masificó el fútbol a niveles antes desconocidos.
Nada hacía presagiar que los mismos jugadores que votaban una huelga, a comienzos de temporada (1960), terminarían convertidos en campeones. "Irritados por problemas económicos, el equipo de Colo-Colo decretó un paro, el que pronto contó con la solidaridad de jugadores de otros clubes. " Crisis se solucionó favorablemente para los huelguistas: la directiva accedió a sus peticiones y, de, paso, se creo la Unión de Futbolistas, antecedente de lo que sería el sindicato.
Los clubes comenzaron a reforzarse para el torneo oficial' mientras la Selección seguía preparándose para el Mundial.Curiosamente, Colo-Colo apenas hizo noticia en el plano de fichajes: sólo Sergio Recabarren, zaguero, ex Ferro, estampó la firma por los albos.
Las relaciones entre jugadores y dirigentes, tras el movimiento reivindicatorio, sin embargo, entraron en un período de fuerte tensión, cuyo punto culminante fue las derrotas, en amistosos, ante el Corinthians (0-2) y Everton (0-4). La directiva actuó con firmeza y desahució al técnico Flavio Costa. En su lugar llegó un DT debutante en Primera División, Hernan Carrasco.
El nuevo estratega tuvo un papel fundamental en la obtención del título. Primero, logro concentrar y unir al plantel en torno a lo estrictamente futbolístico. Luego, utilizó variantes tácticas que darian plenos divivdendos.
La campaña no resultó sobresaliente, pero restando tres fechas para el término, Colo-Colo logró alcanzar al puntero Wanderers. Los últimos partidos los jugó en forma brillante y, de esa forma, conquistó la octava estrella para su emblema. Escuti; Caupolicán Peña, Enrique González, Fernando Navarro, Oscar Montalva; Enrique Hormábal, Mario Ortiz; Mario Moreno, Juan Soto, Jorge Toro y Bernardo Bello fueron los héroes del 60. Y, haciendo honor a su apodo (el «Niño Gol»), Soto se transformó en el goleador del equipo (13 conquistas). Fue un título sufrido. Tal ves por eso se celebró con una euforia tan desbordante como explicable.Continúa. "Chamaco no bastó"
Muchas cosas podrian escribirse respecto al año futbolístico del 61. Fernando Riera estructuraba la lista definitiva de convocados para el Mundial (8 de Colo-Colo); la Selección conseguía resultados históricos, como aquel 3-1 sobre Alemania; el famoso Real Madrid (Puskas, Gento, Di Stéfano, entre otros) visitaba nuestro país con un triunfo estrechos sobre Colo-Colo (2-0)-, la tragedia que conmovió a todos: muere, íntegro, el equipo de Green Cross, en, un accidente aéreo; el debut de Francisco «Chamaco> Valdés con la camiseta alba, y la primera participación del equipo en Copa Libertadores merced a su título ganado la temporada la temporada anterior (2-5 y 2-1 ante Olimpia, y 0-1 con Boca).Fue demasiado el tráfago de acontecimientos. Nuestro fútbol giraba en torno a la «Roja». De allí que el campeonato - aunque no pasó a segundo plano- no adquirió la dimensión de años anteriores. Como muestra podernos decir que los equipos apenas se reforzaron.
Colo-Colo siempre se mantuvo a la zaga de los punteros, pero siempre -también echó por la borda las posibilidades. Y en esto hay que ser enfático -'su defensa dejaba bastante que desear. De campo hacia arriba, Ningún problema, pero atrás ... Muchos puntos perdidos se debieron a la escasa sincronización de los zagueros populares.
Al cabo, los albos deben mirar cómo Católica y la «u» definen el título en dos dramáticos partidos (1-1 y 3-2, en favor de los «cruzados), No le bastó a Colo-Colo la presencia magistral del joven «Chamaco», la revelación del año, para amar su suerte. Pero Valdés y Colo-Colo- ya tendrían tiempo para cobrarse la revancha. ¡Y vaya como lo hicieron! Antes, eso sí, debieron reconocer el poderío del «ballet azula», campeón el 62.Continúa. "Las secuelas del Mundial"
El año del Mundial. Así se designó a aquel glorioso 62. Chile obtuvo un histórico tercer lugar, tras Brasil y Checoslovaquia. Las secuelas del torneo se dejaron sentir en dos hechos muy concretos: una concurrencia masiva del hincha para presenciar -todavía eufórico- el torneo oficial, y la alta valoración en que fueron tasados los jugadores chilenos en el terreno internacional.Repasemos las estadísticas: 2 millones 634 mil 538 espectadores se contaban en este campeonato nacional. Más del doble del año anterior. Y en cuanto a lo otro, Jorge Toro fue comprado por el Sampdoria de Italia en 150 mil dólares, cifra récord para un jugador chileno. Cantidades menores, pero igualmente considerables, pagaron Rácing (por Jaime Ramírez) y River (por Eladio Rojas). Desde el inicio del oficial, se apreció la superioridad de las Universidades. Sobre todo la «u». Colo-Colo siempre debió ir a la zaga de azules y cruzados. La presencia del «Charro» Moreno en la banca no sirvió para alcanzar el título, pero sí un digno tercer lugar. Además, el equipo no contó con Toro, quien se despidió en la cuarta fecha, en el partido frente a Ferro.
«Chamaco» -otra vez- fue lo más rescataba, y Escuti se alzó como el mejor arquero de la competencia. Pero además, recibió un significativo galardón: el premio al Mejor Deportista del Año en el Fútbol.
De más está decir que la «u» se quedó con la corona, tras un excelente 53 sobre Católica en el partido de definición.
Varias determinaciones directivas marcaron el año 63 para Colo-Colo. La primera se refirió a «deschilenizar» al equipo. Durante mucho tiempo, los albos apelaron nada más que a jugadores criollos. Esta vez no. El fichaje del argentino Walter Jiménez rompió con ese celofán (que tenía mucho de chovinista) Vle abrió las puertas a otros extranjeros llamados a hacer historia en el club popular los años venideros.
Se repatrió al técnico Hugo Tassara (desde Costa Rica) y se compró a la mejor dupla de centrales de aquel entonces: Hugo Lepe y Humberto «Chita» Cruz. También hubo renuncias: Caupolicán Peña dejó el fútbol, mientras Gastón Guevara partía a Temuco y Juan Soto lo hacía a Rangers.
La gira de la «u» por Europa permitió que Colo-Colo tomara el liderato. El retomo de los azules coincidió con la pérdida del invicto de los albos: cayeron 0-1 ante Rangers, en Talca, con gol (qué paradoja) de Juanito Soto.
Por eso, el partido entre Colo-Colo y la «u» sería decisivo en la carrera por el título. Ochenta mil persona repletaron el Nacional. Los universitarios habían completado 26 encuentro oficiales sin conocer la derrota. Pero esa noche, un Colo-Colo inspirado, y de la mano de Valdés y Alvarez, hizo morder el polvo a su rival: 2-0.
Allí quedó sentado quién sería el monarca esa temporada. Pese a que la «u » siempre mantuvo presión sobre Colo-Colo, éste estaba embalado. Su delantera estableció un récord difícil de repetir: 103 goles en 34 partidos. 6-2 a San Luis,7-O a Unión San Felipe,5- la Ferro, 8-2 a Unión La Calera, 5-2 a Palestino y 7-1 a La Serena, fueron reflejo del contundente trabajo ofensivo popular. Es más: sólo en cuatro partidos del torneo, Colo-Colo no logró convertir.Y para cerrar la racha goleador, Luis Hemán Alvarez estableció una marca todavia no superada: 37 tantos en una competencia oficial. Con 53 unidades, una más que la «u», esa escuadra alba: Escuti; Montalva, Cruz, Lepe, González; Jiménez, Ortiz; Moreno, Alvarez, Valdéz y Bello conocieron el honor de dar la vuelta olímpica... la última en muchos años. Continúa. "Un ciclo para olvidar"
A partir del año 64, hasta el 70, la historia futbolística de Colo-Colo está enmarcada por más fracasos que éxitos. Al margen del poderío de las Universidades (equipos «boom» de la década), muchos desaciertos en la dirección del club lo postergaron a lugares secundarios, salvo el 66 (subcampeón de la mano del «Chuleta» Prieto), el resto fueron frustraciones. Esa temporada (la del 64), con Caupolicán Peña en la banca, remata cuarto, tras la «u», Católica y Wanderers. El club se debatía en una lucha eleccionaria (Guillermo Herrera y Héctor Gálvez), que dejó de manifiesto muchas irregularidades económicas. Colo-Colo caía en un pozo y sus dirigentes no entregaban ninguna solución a los desesperados, socios.
Guillermo Herrera fue elegido presidente y, a modo de pirotecnia demagógica, anunció las contrataciones de Eladio Rojas (River), Raúl Sánchez (Wanderers) y Sergio Navarro («u»). De esta forma inicia el año 65.
Los primeros pasos de este equipo -con Hugo Tassara en el banco- fueron en un hexagonal internacional: la «u», católica, Santos y la selección de Checoslovaquia (brasileños y checos brindarían un Partido brillante, el mejor, se afirma, desde que el Nacional abrió sus puertas).
Colo-Colo ganó un solo encuentro. optimismo se mantuvo. Pero el optimismo se mantuvo para el oficial. A los refuerzos ya señalado se agregó Elson Beiruth, que haría la dupla «carioca» junto a Roberto Frojuelo (fichado el año anterior). Pronto se acaban las sonrisas. Navarro y Rojas, tras un accidente automovilístico, no lograron convencer, y «Chamaco» Valdés cumplió una temporada irregular, producto de sus continuos cambios posicionales. El fin de la primera rueda sorprendió a la «u» como líder, a diez puntos de los albos.
A la postre, Colo-Colo finalizó séptimo (partirían del club, definitivamente, tres grandes figuras: Enrique Hormazábal, Mario Ortiz y Luis Hemán Alvarez) y universidad de chile celebró su bicampeonato. La atención de Chile durante el 66 estuvo centrada en el Mundial de Inglaterra. Nuestra Selección fue eliminada en primera ronda, aunque en la retina de todos quedaron las actuaciones de Juan Olivares, Elías Figueroa, Pedro Araya y Rubén Marcos.
La directiva colocolina, en tanto, dispuesta a enmendar el rumbo del equipo, creyó que la fórmula sería comprar y comprar jugadores. No reparó en que las arcas del club estaban debilitadas, como las de muchas otras instituciones.
Comenzó contratando al técnico uruguayo José María Rodríguez y, al zaguero Valentini (Wanderers). Más tarde llegaron dos porteros: Ricardo Storch y Simón Kusinanic. También, el central, argentino Oscar Clariá (Atlanta), Femando Toro (Magallanes), Orlando Aravena (Palestino), Víctor Zelada (O'Higgins) y el ariete paraguayo Fabíán Muñoz (Guaraní)
La relación gastos-ingresos fue desproporcionada. Hubo, incluso, conatos de paro en el plantel: «Que nos paguen Todo lo que nos deben, antes de contratar refuerzos», clamaron los jugadores.
En el plano deportivo, la «u», con ,diez jugadores en la Selección, no fue la fuerza del año anterior. Su lugar lo ocupó la Católica del «Tata» Riera y el argentino Isella.
Vacilante y sin poder alinear una formación estable, Colo-Colo llegó a estar noveno. Rodriguez recibió, entonces, el sobre azul y asumió el «Chuleta» Prieto.
La presencia del nuevo estratega se hizo, sentir muy rápido. comenzó a acortar distancia dar alcance a católica (campeón restando dos fechas para el término,: accedió al subcampeonato y, por ende, a la Copa Libertadores.
Colo-Colo abrió el 67 con un resultado penoso: 3-9 ante el Vasas de Hungría en la mayor derrota que registra la bitácora alba.
Pero en la Copa (su grupo lo conformó Católica, Cerro Porteño y Guaraní de Paraguay, Emelec y Barcelona de Ecuador, y Nacional de Montevideo), los resultados fueron positivos y logró llegar a semifinales, donde fue eliminado.
Jiménez, Beiruth y Valdés.
Los problemas jugadores-dirigentes, sin embargo, continuaron. Prieto renunció y su vacante fue ocupada por Pedro Morales. El equipo ya no contaba con varias figuras -Roberto Frojuelo, Fabián Muñoz, Raúl Sánchez, Eladio Rojas y Walter Jiménez- y no hubo renovación. De todas formas, los que estaban respondieron dentro de sus fuerzas. Incluso, hasta tocaron el liderato, desplazando a la «u».
Pero, siguieron las pugnas directivas. El club se dividió en dos bandos (pro y anti el presidente Herrera) y el equipo inició su declinación. Con siete fechas de antelación, universidad de chile se puso la corona y Colo-Colo ni siquiera alcanzó a clasificar corno subcampeón, porque remató tercero.
«¡Guerra en Colo-Colo!».Así titulo un matutino de la época, refiriéndose a la crisis interna de los albos a comienzos del 68. Sueldos impagos, huelga y la partida de Prieto (quien había regresado) y Morales, desataron el temporal. Los jugadores decidieron no actuar hasta que no sé, resolviesen los problemas. A nivel directivo, Héctor Gálvez pidió públicamente la intervención del club. Así ocurrió: el 8 de febrero, la Asociación Central de Fútbol metió manos en el asunto.
Por otra parte, el campeonato había sido reestructurado: los equipos metropolitanos formaron un grupo y los provincianos otro. Los cinco primeros de cada uno, definirían al campeón. El resto jugaría el Tomeo Promocional (o de consuelo).
Los albos decidieron presentarse a última hora. Antes de la intervención, la directiva había contratado a los argentinos Rodríguez y Mazza (Independiente), al uruguayo Piriz (Emelec) y Juan Abel Ganga (u. de Chile). Pero ni siquiera los refuerzos salvaron al equipo de la debacle. Con escasa preparación, Colo-Colo debió conformarse con jugar el Promocional (lo ganaron en forma invicta), donde mostró dos figuras emergentes: Leonel Herrera y al quinceañero Carlos Caszely, una de las revelaciones de la temporada ". Goleador del equipo (20 tantos). El título quedó en manos de los temibles «panzers» de Wanderers y el subcarnpeonato fue para Catolica.
¿Qué ocurrirá con el club? se preguntaban no pocos colocolinos, en los albores de 1969. Muchas cosas acontecieron. Hugo Lepe ganó la elección presidencial, pero por un intríngulis estatutario, debió ceder su lugar a Héctor Gálvez. El 'equipo, en tanto, con Paco Molina como DT, se mostró brillante en el con hexagonal de verano: campeón, por sobre rivales tan connotados como el Dínamo de Moscú (el de Lev Yashin), San Lorenzo de Almagro, Estrella Roja de Belgrado, Corinthians (el de Rivelinhó y la propia «u». Después, otra actuación inmemorable: perdió 4-5 ante la Selección Sovíétíca, tras remontar un temprno O-4.
En el Metropolitano, Colo-Colo ahora sí- clasificó para la liguilla grande, aunque Molina igual fue cesado de sus funciones y lo reemplaza Enrique Hormazabal. Pero en la instancia decisiva, los albos mostraron más errores que aciertos. Terminaron quintos mientras el título recaía en la «u», qué iria a la Copa Libertadores acompañada de un sorprendente Rangers de Talca.
Continúa. "70-74. De la mano de la leyenda"
Conducido por el «Zorro» Alamos y con «Chamaco» y Con Caszely como ejecutantes máximos Colo-Colo estuvo a punto de tocar el cielo con las manos. Hacía siete años que Colo-Colo no saboreaba un titulo y, en el 70, nada hacía presagiar lo contrario.
Pero aconteció lo que parecía, imposible: los albos fueron campeones. ¿Cómo se desarrolló esta historia?. Primero que nada, hay que consignar que la gestión de Gálvez respondía a un criterio ponderado: repactó las deudas con los jugadores, compró poco, pero bueno, y sólo demostró escaso manejo en el caso de «Chamaco» Valdés: el talentoso volante,, el jugador símbolo del equipo, decidía ir a préstamo a Unión Española. Para compensar, Colo-Colo le arrebató a Leonel Sánchez a la «u» (Huachipato hacía lo propio al dejar a Católica sin Foulloux), Juan Koscina a La Serena (de «yapa» los albos recibieron un delantero morenito: Sergio Ahumada), y Gerardo Castañeda, a Palestino.
Pero gran equipo de la temporada era Union Española (Juan Olivares, «Carepato» Rodríguez, el propio «Chamaco», Eladio Zárate, Pedro García, y él «Pollo>Véliz, entre otros).Los rojos puntearon todo el campeonato y la liguilla final, pero... No nos adelantemos. Colo-Colo, a su vez, mostraba problemas de carácter interno: el técnico Enrique Hormazábal no poseía mucha ascendencia sobre los jugadores y éstos, en algunas ocasiones, simplemente, los desobedecían. Los tres primeros partidos del Metropolitano resultan nefastos: O-1 con Católica, 2-2 con Magallanes y 1-2 con Unión.
Sucedió, como es habitual en estos casos, el cambio de técnico: otro Hormazábal (Pancho) asumió el cargo. Y los resultados mejoraron: 2-0 a Palestino, 3-0 a O'Higgins, 1 - 1 con la «u», 3-1 al Audax y 1 -0 a Unión. Sin, problemas, los albos accedieron al Nacional «B»,clasificatorio para la liguilla final, hasta ubicarse entre los ocho que disputarían el título.
En la instancia decisiva del Torneo, Unión no pareció impresionarse por la seguidilla de victorias albas: 2-1 a la «u»; 5-2 a Católica; 3-2 a Concepción; 4-1 a Lota, y 2-1 a Everton. En la penúltima fecha, chocaron blancos y rojos. Ganó Unión por la cuenta minima (gol de Eladio Zárate) y todo parecía concluido. Sin embargo, en la jornada final, Colo-Colo superó a Green Cross y Unión -sorpresivamente- caía ante Everton.
El partido final resultó más que dramático- 1-1 al cabo de los noventa minutos. Hubo que ir a un alargue. Los albos, físicamente disminuidos, con un Aldo Valentini acalambrado, y una dupla de central (Leonel Herrera y Rafael González) que lo rechazó todo, se alzó con el triunfo merced a su único agente ofensivo: Elson Beiruth. Siete años debió esperar Colo-Colo para saborear ese momento: setenta mil personas ovacionando la vuelta olímpica de los campeones (Manuel Araya, Aldo Valentini, Leonel Herrera, Rafael González, Gerardo Castañeda; Sergio Ramírez, Humberto Cruz; Carlos Caszely, Víctor Zelada, Elson Beiruth y, Leonel Sánchez). La década de 70 se abría a lo grande para Colo-Colo y alcanzara su punto culminé los tres años después, con el imborrable equipo del «Zorro» Alamos.Continúa. "Un retroceso aparente"
El del 71 fue un campeonato extraño. No sólo porque el campeón fue un equipo de los llamados chicos - Unión San Felipe -, con muchos méritos por cierto, sino porque el público no se volcó en masa a los estadios, a un siendo Colo-Colo un animador
El sistema de los torneos Metropolitano y Provincial parecía caduco y se volvió al de «todos contra todos». Los albos, con los pies bien puestos en la tierra, ordenaron sus finanzas: partieron algunos jugadores: Leonel Sánchez, Víctor Zelada, Juan Abel, Ganga, Miguel Hermosilla y José Maria Píriz, más otros más jóvenes, como Luis Araneeda, Pedro Pinto y Hugo Vidal) Sólo se reforzaron con Carlos Díaz, Sergio Messen, Pedro García y «Chamaco»Valdés, quien retornaba, pero no por mucho tiempo.
La pugna Valdes- Gálvez estaba lejos de superarse. Si bien el volante alcanzó a jugar algunos partidos de Copa Libertadores (Colo-Colo no pasó la primera fase, al ser eliminado por los paraguayos Guaraní y Cerro Porteño), «Chamaco» optó, finalmente, por otro «destierro» voluntario: partió a Antofagasta.
El caso de Pedro García tuvo otros ribetes: cumplía una gran campaña hasta que el paraguayo Enciso lo fracturó, cortando para siempre la carrera del excelente delantero.
Gálvez, en tanto, ganaba otra elección y anunciaba como muchos de sus antecesores la repatriación de Jorge Toro.
Esta vez, la operación tuvo éxito. Cincuenta mil personas fueron a observar al mediocampista en un amistoso ante Vélez (O-I). En la fecha once del oficial, Colo-Colo aparecía como puntero. En la cuarta de la segunda rueda, seis eran los equipos que se disputaban el liderato. Entre ellos, San Felipe. Cuatro semanas después, los aconcaguinos de Luis Santibañez el gran golpe: 2-0 sobre Colo-Colo en el Nacional. Allí pareció definirse todo. Los albos se mostraron irregulares en la etapa final del torneo excepto Messen, Beiruth y Ahumada- y terminaron en cuarta ubicación, exhibiendo a un lateral que emergía corno algo más que una promesa: Mario Galindo.Continúa. "De la mano del Zorro Alamos"
El 72, Colo-Colo conjugó todos los factores para alzarse como el mejor equipo de la competencia. Aciertos directivos, un técnico criterioso y un contingente de jugadores que, pasadas las primeras fechas, gustaban, ganaban y goleaban... Pancho Hormazábal se retiró del club al término del 71. Los directivos escogieron al «Zorro» Alamos corno su sucesor.Este fue muy claro al momento de firmar- «necesito reforzar el equipo con, a lo menos, seis jugadores, incluyendo a«Chamaco»Valdés».Gálvez no replicó y le contrató; siete: Femando Osorio, Guillerino Páez, Manuel Rubilar ex Lota-, Leonardo Véliz -ex Unión-, los porteros Miguel Angel Onzari -ex Vélez y Mario Lara -ex Magallanes- y, por supuesto, «Chamaco».
La atinada dirección del «Zorro» convirtió a Páez en un verdadero«lirnpia parabrisas» del mediocampo; a Valdés lo hizo un volante funcional y no estático; terminó con las rabietas del «Chino» Caszely entregándole la capitanía del equipo; creó fórmulas homogéneas en ataque; sincronizó casi a la perfección a los zagueros Herrera y González; le dió al equipo una mística a toda prueba ... en fin. La mano de Alarnos fue notoria.
Frente a una escuadra así, bien poco podían hacer sus rivales: siete goles a Antofagasta, Everton y Green Cross, once a Rangers, 10 a Magallanes, 6 a San Felipe y Naval, contabilizando las dos ruedas. Sólo a Concepción, Unión y La Serena no pudo superar. Pero ninguno de ellos pese al esfuerzo de los «hispanos», que fueron segundos- amagó sus posibilidades. La noche negra, la vivió ante la «u» 0-3, con dos goles que se «comió» Onzari, lo cual no le restó méritos a su campaña individual.
. Este Colo-Colo convirtió 90 goles y tuvo en Valdés su máximo artillero (22), seguido de Caszely y Messen (14) y Beiruth (12). Al final, se coronó campeón con 52 puntos, tres más que Unión y seis por sobre la «u»-.. A nivel internacional, cumplió cinco amistosos: Vasas de Hungría (1-2), San Lorenzo de Almagro) (2-2 y 1-1), Selección de Panamá (8-0) y Alianza(O-2,en Lima). El equipo base fue el siguiente: Onzari; Galindo, Herrera, gonzález, Rubilar; Valdés,Páez, Messen,Osorio, Caszely y Véliz. Habría que agregar a Beiruth, Ahumada, Valentini, Koscina, Silva, Aguilem, Castañeda, García y Lara. El mismo elenco que cumpliría una campaña notable el 73 en la libertadores.
Continúa. "La Copa debió ser de Colo Colo"
«Colo-Colo ganó, mierda ... » En medio de un estadio Maracaná Con mas de cincuenta milalmas ,pero silencioso como un mausoleo, la frase de un periodista chileno se escuchó nítida. Sí, Colo-Colo había ganado a Botafogo a domicilio y el tablero marcador del estadio más grande del mundo proclamaba ese histórico 2-1 Porque era la primera vez que un equipo chileno lograba un triunfo en el gigantesco coliseo de Río, Meses antes, ese mismo equipo salvo la presencia de Nef y Alfonso Lara, quien no jugó en el Maracana- obtenía el título máximo del fútbol chileno. Meses después, se encontraba al borde de una hazaña sin precedentes en nuestro fútbol: ganar la Copa Libertadores.La victoria frente a Botafogo alimentó las esperanzas. Aunque ya Colo-Colo había dejado en el camino a Unión Española y a Nacional y Emelec de Ecuador, la humillación a que sometió a los brasileños se convirtió en la señal más concreta de lo que podía y debía venir: tocar la esquiva Copa, hasta ese momento, privativa de los equipos del Atlántico.
¿Qué virtud demostró Colo-Colo 73? Demasiadas. De partida, su estratega. La inteligencia de Alamos no sólo se remitía al fútbol, sino al plano de las relaciones humanas: sabía sublimar las virtudes de sus dirigidos. Además, supo elegir un contingente armónico y ubicarlo en las funciones más adecuadas. La evolución, por, ejemplo, que consiguió «Chamaco», fue la muestra más clara de la sabiduría del «Zorro».
En el arco, el «Gringo» Nef respondió. Sobrio en su accionar, sin mayores pirotecnia, el portero se mostró a la altura del resto, lo mismo que toda su zaga. Desde Mario Galindo, un lateral con proyecciones y de uña habilidad exquisita en el trato de la pelota, pasando por la dupla Herrerra-González que llegaron a un grado de sincronización casi perfecto, y no a pesar de sus estilos diferentes de juego, sino, justamente, por ello, hasta llegar al «Coco» Rubilar, un marcador de punta que no lucía como el «Pavo» Galindo, pero que era severo en la marca y con sentido de anticipo.
De mediocampo hacia arriba, lo mejor. Al fervor del «Loco» Páez, guapo en el mano a mano y en las pelotas divididas se agregaban la tranquilidad de «Chamaco» en la entrega y la rapidez mental y fortaleza física del «Keko» Messen. Beiruth adicionó esa virtud que traen los futbolistas brasileños casi desde la cuna: la técnica en el trato del balón. La dupla Caszely-Ahumada, perfecta en las paredes, aportaba habilidad, rapidez y goles. El «Pollo» Véliz y Fernando Osorio, capacidad de desborde y centros medidos. Es decir, un equipo homogéneo, pero sobre todo, virtuoso.
Decíamos que esa Copa debió quedar en manos de Colo-Colo. Si bien, después de lo del Maracaná, sufrió una caída impensada en Asunción (1 -5) contra cerro Porteño, en Santiago el desquite fue igualmente despiadado- 4-0, además del agónico empate frente a los brasileños (3-3). Quedaba, sólo, Independiente. Y Colo-Colo volvió a su clase en Avellaneda: 1 - 1, en una paridad con gusto a triunfo, pues el gol del empate argentino, cuando los «Diablos Rojos» entraron en la desesperación, fue a todas luces viciado: Nef terminó dentro del arco, con pelota y todo, a raíz de un burdo empellón. Restaba la revancha y el nacional se repleto hasta las banderas. Donimo Colo-Colo (incluso discutible se le anulo un gol a Cazely) pero esa noche el 0-0 se llama Santoro. El portero transandino estuvo brillante y ahogo el grito de gol colocolino, apelando nada más (¡que simple parece decirlo!) a su clase.
La definicion fue pactada en Montevideo. Desgastado por una friolera increible de partidos. Los albos cedieron su opcion en el alargue: 2-1 a favor de independiente, que retuvo asi la copa. Sin embargo, en las pupilas de aficionados. Quedo la sensacion que Colo-Colo debio ganarla: por futbol, por coraje, hasta, diriamos, por su limpieza de procedimientos. Pero en esto (vaya si lo sabemos), fuera que dentro de la cancha.
Nunca la Libertadores de Chile... nunca hasta este no menos sorprendente equipo de Jozic.
Continúa. "Ubicaciones predecibles"
La campaña en la Copa erosionó las fuerzas albas. No olvidemos que el equipo era la base del seleccionado que sacó pasajes para el Mundial de Alemania. Por eso, y porque Unión Española estructuró una oncena de jerarquía, Colo-Colo debió consolarse con el subcampeonato.
Los rojos conquistaron la corona mirando hacia atrás: con ocho puntos de ventaja. Al no estar Colo-Colo en su curva más alta de rendimiento (y sin Caszely, transferido al Levante), Unión no encontró grandes escollos. Pero el 73 -y eso lo. Sabían moros y cristianos- igual se vistió de blanco.
Muchas deserciones -incluyendo la de Alamos por enfermedad- y un nutrido contingente de refuerzos, no del todo acertados, propiciaron la baja de Colo-Colo el 74.
El año, en todo caso, no había comenzado bien: no consiguió un solo punto en la Copa Libertadores, la peor actuación de un equipo chileno en ese certamen. Cayó ante Unión y los cuadros argentinos de Huracán y Rosario Central. Ese fracaso pasó un poco inadvertido para los hinchas, concentrados en el Mundial de Alemania: Chile perdió por la cuenta mínima con el futuro campeón (RFA) y empató con Austria y la Alemania Democrática. Eliminado en primera fase.
Nuestro torneo comenzó tardíamente y, aunque Colo-Colo (de la mano del técnico interino Orlando Aravena) se mostró imbatible en Santiago, resignó muchos puntos en sus salidas. La pelea por el título se centró en Huachipato y Palestino, amagados siempre por los albos y Unión. Un traspié en el Morro, faltando cuatro fechas para el fin, señaló la despedida de Colo-Colo. Al cabo, la corona se fue a la Usina y el subtítulo recayó en Unión, que en partido extra de la liguilla, derrotó al propio Colo-Colo.
De todas formas, esa temporada entregó un momento de esperanza al hincha popular: los albos jugaron su primer partido en Pedreros.. Fue algo así como debut y despedida, pues el anhelado estadio colocolino se inauguraría (esta vez en serio) quince años después. '
Continúa. "Un ciclo para olvidar después del brillante Colo Colo 73"
El club cayó en la desorientación y la grandilocuencia. Sólo al final de la década se retomó el rumbo. Para los más agudos, esa rimbombante inauguración del estadio, pareció una medida del todo demagógica. Ya se «olían» algunos problemas de caja, aunque la directiva mantenía un tren de gastos excesivos. Por ejemplo, se habían pagado 45 mil dólares a Green Cross por Juan Carlos Orellana.
Pero el 75, a Colo-Colo no le dio para ilusionarse, siquiera, con la Copa Libertadores. Terminó quinto, con 39 puntos. Marcó 56 goles y recibió 44. Unión resultó campeón, con un equipo quedaría mucho que hablar meses después: alcanzaría el subcampeonato en la Libertadores, al caer en un tercer partido (1-O en Santiago y 1-3 en Avellaneda) ante Independiente en el estadio Centenario: 0-2. Las tres temporadas venideras representaron uno de los períodos más negros en el libro de vida del club. La falta de orientación directiva y deportiva hizo crisis con la segunda intervención de la Asociación Central. En lo futbolístico, la rotativa técnica y el escaso aporte de los refuerzos, salvo honrosas excepciones, gatillaron en las siguientes campañas: cuarto entre 18 equipos, con 44 puntos (76); nuevamente cuarto entre 18 equipos 42unidades (77), y sexto entre 18, con 37 puntos (78). En este último torneo sufrieron el escozor de que Palestino diese la vuelta olímpica a costa suya. En efecto, en el último partido, los «tricolores»de Elias Figueroa, Manuel Rojas y Oscar Fabbiani, se impusieron por 3-1 asegurando el título. Estos resultados estuvieron en directa relación con los continuos cambios de entrenadores. Entre otros, pasaron por la banca el húngaro Ferenc Puskas, Alberto Fouilloux y Sergio Navarro. Demasiada improvisación, sin dudas.Continúa. "Se inicia el repunte"
Las vacilaciones debían terminar. Se recurrió, en 1979, a Pedro Morales. Y como para confirmar que este podría ser un año exitoso, se acertó en la elección del conductor del equipo: el brasileño Severino Vasconcelos, de quien se dijo sería el nuevo Elson Beiruth. Desde ese momento, y por algunos años, no se dejaría de hablar de la dupla Caszely Vasconcelos (en la foto), bien secundados por el puntero derecho argentino (ex Boca), Héctor «Mané» Ponce.
Desde el inicio, el equipo se complementó bien. Además, los rivales teóricamente fuertes (Palestino y Unión) no mostraban su nivel acostumbrado. Pronto, Colo-Colo se encaramó al tope de las estadísticas y nadie pudo sacarlo de allí.
Los albos alcanzaron su docena de estrellas (55 puntos en 34 partidos, incluyendo uno de bonificación por el Tomeo de Apertura), con un 80,88% de rendimiento. Una campaña para reconciliarse con la tradición.
Continúa. "Aires de transición"
caso fue la antesala de proceso que ha puesto a Colo-Colo entre los más grandes de Améríca.
A Colo-Colo no le fue bien en la Copa Libertadores, así es que su esfuerzo se centró en acceder -otro intento- al bicampeonato. Plantel y dinero había, el problema llegará desde el extremo norte. Un equipo llamado Cobreloa, recién ascendido a Primera, mostró sus tempraneras intenciones por conquistar su primera corona.
Colo-Colo tuvo un andar vacilante: a veces, brillante; en otras, mediocre: se empecinó por alcanzar al cuadro de Cantatore. Y fue tanta su ceguera que no vieron cómo la «u» se entrevero en la lucha. Con polémico descenlace (los azules culparon al juez Enrique Marín de haberles robado el partido decisivo ante Lota-, en lo que sería la última gran campaña de la u. de chile), Cobreloa se tituló campeón y Colo-Colo fue tercero (43 puntos en 34 partidos, a diez de los loínos).La intromisión de Cobreloa desconcertó a medio mundo. Por eso, todos se prepararon muy a conciencia para el 81. Colo-Colo, de la mano de Pedro García, no dejó nada al azar. El ex delantero de Unión Y del propio equipo albo, demostró grandes dotes organizativos y aciertos técnicos.
El campeonato, como se suponía, resultó parejo, hasta que Colo-Colo desniveló. Su regularidad pudo más que el esfuerzo loíno y en el último partido conquistó la corona número 13, con Cobreloa pegado a sus talones: dos puntos los separaron en el recuento final (48 y 46, respectivamente).
Aquí la historia se volvió un poco redundante. Tanto Cobreloa, como Colo-Colo (ahora, eso sí, se agregó Católica) monopolizaron desde el inicio las mayores atenciones. El campeonato prometía ser tan estrecho como el anterior.: Y la historia se repitió, sólo que cambiaron los protagonistas: fueron los mineros quienes se cobraron desquite de la afrenta pasada y ganaron su segunda estrella. A los albos (que habían partido con dos unidades de ventaja por carnpeonar en el Apertura), no les quedó otra que la resignación del segundo lugar.
El 83 cerró el ciclo victorioso de Pedro García, quien obtuvo su segunda estrella (la décimocuarta para el club). Como desde hace un tiempo, Colo-Colo y Cobreloa se fueron golpe a golpe, verso a verso y punto a punto. Un torneo dramático por lo parejo de las fuerzas. Recién en el último encuentro, los colocolinos respiraron aliviados: ganaron al Audax y el título... con un sólo punto de diferencia de los loínos: 63 unidades en 43 partidos, Con un 75% de rendimiento. 92 goles a favor (brillante en ofensiva) y 41 en contra.
Antes de llegar Salah, Colo-Colo vivió dos años -digamos- de transición: quinto, el 84 (mala campaña en la Libertadores, nuevamente), y tercero el 85.
Lo que vendría a continuación los ciclos de Arturo Salah y el que recién comienza de Mirko Jozic- merecen tratamiento aparte.
Continúa. "Un estadio Monumental"
El primer proyecto para la construcción del estadio de Colo-Colo data del primero de septiembre de 1939,, con anuncio en la prensa: propuesta para la adquisición de tres hectáreas de terreno con el propósito de levantar las estructuras del «fortín albo».
Sesenta años más tarde, recién se concretó ese sueño ancestral. ¿Por qué se tardó tanto...? Las razones son muchas y hay que buscarlas en la poca visión de los dirigentes de antaño. Colo-Colo, y así lo hemos visto, siempre dispuso de un capital renovable: su público. Históricamente ha sido el equipo que cuenta con mayores recaudaciones que el resto, aunque nunca mostró la solidez institucional de hoy. La preocupación prioritaria de sus anteriores directivas fue destinar mucho dinero en función del equipo, pero no en la infraestructura del club.
Antonio Labán, visionario, adquirió los terrenos de Pedreros, allá en la década de los 60, y el 74, a medio terminar, se quiso dar vida a esas moles de cemento, con una inauguración que nadie tomó muy en serio. Sin embargo, no hay mal que dure cien años, se afirma... y el 30 de septiembre de 1989,Colo-Colo con Peter Dragicevic como presidente, estrenó en sociedad el estadio «David Arellano» o Monumental, como lo conoce la afición.
El esfuerzo fue enorme. Y el dinero también. Un recinto para 60 mil espectadores, con una cancha de lujo y torres de iluminación poderosas, transforman al Monumental en uno de los mejores estadios del país. Los «tijerales» fueron en grande. En una caldera, Colo-Colo recibió a Peñarol de Montevideo. Fue un amistoso, es cierto, pero el triunfo albo quedará como un hito dentro de la historia del club: dos a uno, con goles de Barticciotto (un golazo) y Leonel Herrera Junior.
En las tribunas, viejas figuras colocolinas realzaron ese momento, de por sí trascendente: Luis Hérnán Alvarez, Elson Beiruth, Misael Escuti, Caupolicán Peña, Humberto Cruz y muchos otros gozaron en casa propia.
El sentir de este grupo de ilustres lo sintetizó Alvarez, al declarar: » Con esto, Colo-Colo se terminó de poner pantalones largos.' Antes era más equipo que institución y ahora ambas cosas están parejas: el club es tan grande como el mismo equipo».
En el Monumental, los albos -se han dado el gusto de alcanzar dos estrellas consecutivas, es decir, otro antiguo anhelo, el bicampeonato. primero, ante Cobresal (1989); luego, frente a OHiggins (1990). Y ahí, en ese mismo césped, disputa su segunda final de Copa Libertadores.
Continúa. "La revolución de Mirko"
Con su castellano sin preposiciones y un concepto de fútbol moderno, el técnico que vino desde Yugoslavia, encumbró al club mas popular de Chile al sitio estelar de América.
Cuando se fue de Chile con e 1 título de campeón mundial juvenil, Mirko Jozic esbozó su deseo de volver. Ya a esas alturas existían conversaciones con los dirigentes de Colo-Colo, quienes deseaban tener al, yugoeslavo dentro de su staff técnico.
No pasó mucho tiempo antes que Jozic retornara. A las 16:00 horas del día martes 16 dediciembre del 87, el estratega. llegó a Pudahuel. Sin grandes estridencias, se hizo cargo de las series menores del club, aunque muchos lo sindicaban como DT del primer equipo en el corto plazo. El propio Jozic desmintió estos rumores: «mi trabajo se centrará en los niños. No tengo otro propósito.
Ideó un ambicioso proyecto de observación y evaluación de los infantiles. Incansable, vivía entre Pedreros y unas canchas de tierra en Lo Prado, donde miraba y miraba niños con futuro para Colo-Colo. No pasó un año y el técnico anunció su vuelta a Yugoslavia. Muchas teorías se formaron en torno a su decisión, Pero al final Primó su versión: «cumplí con mi labor. Dejé hecho un infonne acerca del trabajo realizado en estos meses. Llevo mucho tiempo separado de mi familia: y quiero verla. Esas son las razones.Pero en la mente de los directivos albos quedó grabada la imagen del técnico. E hicieron un esfuerzo para traerlo de nuevo. El dos de septiembre del 89, a las 11:45 procedente de Zagreb, volvió el yugoslavo, esta vez acompañado de su esposa e hija. ¿Su tarea?: tomar las riendas del primer equipo, tras la salida de Arturo Salah. . Proféticamente expresó: «Mis objetivos son simples: sacar a Colo-Colo campeón y llevarlo al título de la Copa Libertadores» «¿Por qué aceptó el desafío de volver Chile?», le preguntó un periodista ¿Y por qué no? El país me gusta, Colo-Colo es un gran club con una inmensa hinchada. Me agradó el desafío y aquí estoy, respondió en su complicado español.
El 16 del mismo mes, Jozic era sometido a su primera prueba de fuego: debutante el puntero Universidad Católica... y su primera victoria: 1 -0 y, de paso, conquistó el liderato. Ya en ese partido se apreciaron algunas de las ideas del técnico, De partida, cambio de esquema: un líbero, dos stoppers, dos laterales a la altura de la media cancha, cuatro volantes en teoría dos de marca y dos creación- y par de delanteros que se muevan por todo el frente del ataque. Imprimió, también, un ritmo severo y marcación individual.
La victorias comenzaron a sucederse y, aprovechando los continuos traspiés de Católica, los albos se apropiaron del título y el bicampeonato.
A la hora del arqueo anual, Jozic señaló: «La intención fue estructurar un equipo polivalente, que cada hombre cumpliese al cien por cien sus funciones respectivas, pero que, a su vez, aumentaran su capacidad ofensiva. La salida tenía que ser más rápida y fluida. Encontré hombres que asimilaron rápido el sistema y así logramos campeonar... »
Pero lo de Colo-Colo en la Copa superó los pronósticos más optimistas. Aún estaba fresco el recuerdo de la triste eliminación de los albos ante Vasco da Gama, en la versión anterior, cuando el equipo de Jozic dejó en. el camino a los ecuatorianos Liga Deportiva y Barcelona. Luego, pruebas más fuertes: Nacional de Montevideo y Boca Juniors.
Por segunda vez, Colo-Colo llegó a la final y, ahora, tiene la Copa entre sus manos. Y en esto, el yugoslavo tiene una gran cuota de responsabilidad.
¡¡ GRANDE COLO COLO !!

No hay comentarios: